Hoy toca una entrada predecible en el mes de septiembre… la vuelta a la rutina. Ansiada por unos y detestada por otros, la rutina hace su aparición cuando los peques de la casa vuelven al cole. En mi caso este ha sido un año diferente, por primera vez mis dos hijos van al cole. El más pequeño, Mateo, cumplió 2 años en el mes de julio (tal y como os conté en mi post anterior). Por algunos problemillas leves de salud y como decisión personal, el peque no ha ido a guardería pero teníamos claro que a los dos años empezaría su andadura escolar. Tomamos la decisión, al igual que hicimos con su hermano Carlos, de llevarlo al Aula de 2 años en lugar de hacerlo a la guardería. Aquí no quiero abrir debate sobre qué es mejor o peor, lo mejor es lo que cada padre decida para sus hijos siempre que ambas partes sean felices. En nuestro caso no sabemos si Mateo será feliz pero como a Carlos le fue genial repetimos el modelo.
El lunes ambos tuvieron su primer día. Carlos ya va a 2º de Educación Infantil y para él fue una fiesta, un reencuentro con todos los compañeros, contar las aventuras del verano y sentirse mayor porque ya va al pasillo de arriba. Ahora él acompaña a su hermano a las clases de los pequeños… con estos pasos empezará a darse cuenta de lo que es ser el hermano mayor, el protector. Por unas carambolas de última hora hemos tenido mucha suerte y Carlos tendrá la misma profe del año pasado para la parte de castellano, por lo que su adaptación ha sido inexistente. Para Mateo por el contrario todo ha sido nuevo… madrugar, prisas, uniforme, lloros… Soy una madre optimista, por ello no me voy con un nudo en la garganta y ganas de llorar, porque sé que sólo es el primer momento, luego lo pasa bien, ¡lo sé! Casi no tiene período de adaptación, de hecho hoy (3 días después de empezar el cole) ya se queda hasta las 5 de la tarde, el horario que hará el resto del curso. Hoy toca su primera siesta y en teoría es sin chupete… ¡a ver qué tal lo lleva! Cada día es un pasito nuevo que va superando, ya no es mi bebé… eso sí que me da pena y me deja un nudo en la garganta.
Cambiando de tema… para la próxima semana tenemos programado un curso de lo más interesante: un taller de Cake Pops en familia. Se trata de pasar un rato divertido y de que los peques de la casa experimenten las texturas, los sabores y colores y sobre todo… ¡se manchen! A ellos les encanta cocinar pero normalmente no nos viene del todo bien que trabajen con harina o que nos llenen la cocina de virutas de chocolate, ¡aquí tenemos la solución! Un par de horas en las que la diversión está asegurada y el dulce también. No dudéis en informaros en nuestra web o en el teléfono 684011651.